Para algunos niños la pérdida de los dientes de leche puede ser un poco traumática; después de todo, que se caigan las partes del cuerpo no es tan entretenido. Incluso, si el diente no está lo suficientemente suelto, hasta podría ser un poco doloroso, o podría causar un sangrado menor. A de la historia del ser humano, los padres han desarrollado tradiciones y costumbres para motivar a los niños con respecto a este evento, tratando (con éxito la mayoría de las veces) de que disminuya la ansiedad y las preocupaciones de los más pequeños.

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Tradiciones del mundo para niños que pierden sus dientes

El Ratón Pérez es un personaje muy conocido en la mayoría de los países de habla inglesa, y en algunos países de Latinoamérica, pero lo cierto es que este pequeño ratoncito no visita a los niños en todo el mundo. Muchos países tienen sus propias tradiciones que cualquier padre puede utilizar para hacer que este momento sea emocionante y especial, en vez de que se convierta en algo que temer.

El Hada de los Dientes

En Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y muchos otros países, los papás animan a sus hijos a poner el diente que han perdido debajo de su almohada. El hada de los dientes viene durante la noche y compra el diente mediante un canje por un poco de plata, por lo general una o unas monedas. En el país de las hadas, estas utilizan los dientes para construir todo tipo de cosas. Mientras que los niños ingleses suelen esperar dinero, esta hada puede dejar todo tipo de regalos; de hecho algunos niños franceses reciben juguetes pequeños.

El origen de esta historia tiene caracteres mitológicos, pero se hizo más popular con la publicación del libro El hada de los dientes de Lee Rogow en 1949. Sin embargo, la existencia del personaje que recoge dientes ha existido durante siglos. Este es representado como un hada no solamente en Inglaterra, sino que también en Estados Unidos, Irlanda, Alemania, Noruega, Dinamarca, Canadá, Nueva Zelanda y Australia. Actualmente en Chile también se está incorporando el hada de los dientes para este evento, sobre todo cuando se trata de las niñas.

El Ratoncito de los dientes

En muchas culturas, el hada es en realidad un ratón, y en algunos casos un ratón de hadas. En algunos países de Latinoamérica, como Chile, Venezuela, México, Argentina, entre otros, los niños dejan sus dientes (también) debajo de la almohada para que el Ratón Pérez los cambie por monedas. Del mismo modo lo hacen los niños en España, Escocia, Francia, Suiza, Bélgica, Marruecos, Argelia, y Luxemburgo, quienes dejan sus dientes al Ratoncito Pérez o Ratón de los dientes.

En Francia, por su parte, los niños lo llaman La Petite Souris, o el ratoncito, pero en lugar de esperar monedas, intercambian sus dientes por juguetes o pequeños regalos para los dientes.

La tradición del ratón de los dientes es mucho más antigua que la del hada de los dientes. Tiene su origen en una historia francesa del siglo 17, titulada La Bonne de Petite Souris, la que probablemente también tenga un origen en un personaje mitológico. En esta historia, traducida como El Ratoncito bueno, un hada toma la forma de un ratón para derrotar a un malvado rey; el ratón se esconde bajo de la almohada, y cuando el rey se va a la cama, noquea a sus dientes mientras duerme.

Esta historia se fue transformando gradualmente, a lo largo de los siglos, dando a luz a la idea de un ratón dulce que carga dinero y que se arrastra en la noche para reemplazar los dientes perdidos con una moneda.

Lanzar los dientes

En algunos países, los niños lanzan sus dientes como una forma simbólica de fomentar el crecimiento de nuevos dientes sanos. Esta tradición tiene muchas formas diferentes. Los niños japoneses lanzan sus dientes inferiores hacia arriba (hacia el aire), mientras que sus dientes superiores los lanzan hacia abajo, hacia la tierra. La trayectoria del diente representa cómo los niños quieren que sus dientes crezcan, es decir, de manera recta y uniforme.

En los países de Medio Oriente como Egipto, Jordania, Irak y Palestina, los niños lanzan los dientes que han perdidos hacia el sol. De esta manera, le están pidiendo al sol que les envíe unos mejores dientes la próxima vez.

Los niños en la República Dominicana, Botswana y Etiopía lanzan sus dientes hacia el techo, independiente de si son superiores o inferiores. Estos niños esperan que venga un ratón a tomar sus dientes desde el techo, reemplazándolos con los fuertes dientes de un roedor.

Los niños en Austria a menudo lanzan sus dientes por encima o debajo de sus casas, pero también suelen hacer una especie de llavero con el diente perdido. Por otro lado, los niños de Nigeria lanzan sus dientes en el ático, mientras recitan una especie de oración para que los ratones no coman su diente, ya que si algún ratón se lo comiera, creen que no les crecerá uno nuevo.

Poner los dientes en lugares especiales

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En algunas partes de Europa, los niños entierran los dientes en el suelo; la creencia dice que este acto permite que salga el diente definitivo. En Ucrania, por ejemplo, los niños envuelven sus dientes en un pedazo de género y lo ponen en una esquina lejos de la luz, mientras recitan: “toma mi viejo diente y tráeme uno nuevo”.

Y nuevamente los ratones entran en escena en India, Corea y Vietnam, donde los niños ponen sus dientes inferiores en el techo y los dientes superiores, debajo de las tablas del suelo. Esta tradición se dice que anima a los nuevos dientes para crecer de forma continua, como lo hacen los dientes de los ratones. En China, por su parte, los dientes superiores se ponen a los pies de la cama y los dientes inferiores, en el techo; estos niños creen que la colocación cuidadosa de sus dientes perdidos ayudará a que los nuevos vengan más rápido.

Adaptación de tradiciones

Independiente de la tradición con la que crecimos, que podría estar influenciada por la educación, o por las costumbre familiares, creemos que es importante y podría ser entretenido para los niños, que se hable acerca de las costumbres de los niños de todo el mundo, de este modo traerás un poco de cultura a casa, e incluso podrías contextualizar la aparición del Hada de los Dientes o del Ratón Pérez. También podría fusionar las tradiciones como a ti te parezca, siempre y cuando tenga sentido para tus hijos, y a ellos les motive dejar sus dientes perdidos, y pierdan un poco el temor que esto puede causarles.

Como ya hemos dicho, la pérdida de un diente de leche puede ser una experiencia extraña para un niño pequeño, incluso, para muchos, podría causar un poco de miedo. A la mayoría de los niños les encanta una buena historia, así que trata de ver si puede aliviar sus preocupaciones, dándole a conocer alguna de las tradiciones anteriores. Un enfoque lúdico a los cambios en la vida de un niño, casi siempre ayuda a llevarlo con más facilidad.

Recuerda que tu hijo debe controlarse periódicamente con un odontopediatra, para ver que todo marche bien con su salud bucal y con el crecimiento de sus dientes. Si todavía no sabes dónde llevarlo, te recomendamos buscar uno en Deenty, podrás ver la evaluación que otros pacientes han hecho de ellos, y podrás conocer la experiencia de estos.

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