Como hemos visto son muchas las formas en que se puede restaurar un diente, estas formas dependerán de las necesidades de cada paciente. Se debe tomar en cuenta la gravedad del problema, y para ello es el especialista quien sabe si es necesario poner una corona, una incrustación o empaste, dependiendo de la cantidad de diente que se haya perdido. En esta oportunidad te contaremos qué es una incrustación y los tipos que de esta existen.
¿Qué es?
Una incrustación es una restauración indirecta, hecha de resina o porcelana, aunque aún se ven de metal, pero la gente está prefiriendo los dos primeros materiales por una cuestión estética, ya que es lo más parecido al diente. Se denomina indirecta porque se toma un molde que luego se envía a laboratorio para que ahí reconstruyan el pedazo de diente que se ha perdido. Si la restauración es al interior del diente se denomina inlay, en cambio, si es en la parte superior, en la cúspide, se le llama onlay. Su diferencia fundamental con una corona, es que la corona corresponde a la restauración de toda una pieza dental, debido a un daño más grave, mientras que la incrustación es solo un pedazo de la pieza que se ha perdido, o sea, una fractura.
¿Cuánto dura una incrustación?
Son consideradas como una restauración a largo plazo, al igual que las coronas. Obviamente su duración dependerá de varios factores, pero se espera que sea un par de décadas. Los factores a considerar serán: la experiencia del dentista, el material utilizado para hacer la incrustación, las impresiones tomadas, el cemento que se utilice para la unión, la cantidad de diente que haya quedado, el estado del nervio, la fuerza que se ejerce al morder, la higiene oral, entre otros.
¿Cómo se instala?
Como ya mencionamos, el dentista toma una impresión que luego envía al laboratorio, y este a su vez construye la incrustación lista que envía devuelta a la consulta, por lo que deberás ir al menos dos veces a la consulta. La segunda visita al dentista será de instalación, la que se realiza con un cemento que une la incrustación con tu diente, que debería calzar perfectamente, si es que todos los procesos anteriores fueron bien realizados.
¿Duele el procedimiento?
La instalación de la incrustación en sí misma no debería doler. Sí podría haber dolor en los procedimientos previos, ya que se requiere de extracción de una parte del diente, sin embargo generalmente se trabaja con anestesia local para minimizar el dolor.
Lo más importante de todo, es no dejar de controlarse una vez terminado el tratamiento, para alargar la duración de la incrustación y para cerciorarse de que todo marche bien con el resto de los dientes. Los controles no deben sobrepasar los seis meses, si has perdido el contacto con tu especialista, puedes encontrar uno nuevo en deenty.com. Por último, también debemos seguir al pie de la letra las indicaciones que nos da el dentista, para que no ocurran nuevos problemas o se agraven los que ya tenemos.
mayo 23, 2017 at 23:21
Excelente explicación